Famosas por sus propiedades curativas y por ser objeto de leyendas, lo que las ha convertido en un lugar de peregrinaje habitual para muchos, ya que están abiertas durante todo el año. Las piscinas de aguas termales surgen de pozas naturales de agua termal, que es calentada debido a la actividad geotérmica, por lo que suelen presentar temperaturas que pueden oscilar entre los 20 y los 50 grados. Además del calor que desprenden, su principal particularidad tiene que ver con sus propiedades beneficiosas para la salud. Debido a que las aguas termales están enriquecidas por los minerales que se encuentran en el suelo, lo que les confiere la capacidad de causar beneficios en la salud de las personas que se bañen en ellas.
Una de las aplicaciones de las aguas termales tiene que ver con el cuidado de la piel, ya que estas están recomendadas para tratar distintos problemas cutáneos, como son los casos de acné o los eczemas. También tienden a recomendarse en el terreno de la fisioterapia, dado que resultan efectivas a la hora de relajar los músculos y las articulaciones, lo que estimula la recuperación de estos. Igualmente reporta efectos positivos en la circulación sanguínea. Sin olvidar su impacto en la salud mental, debido a que bañarse en una piscina de aguas termales ayuda a las personas con estrés, ansiedad o depresión. Afortunadamente, en España existen muchas zonas en las que encontrar piscinas de aguas termales en las que poder darse un baño en cualquier momento del año.
Charca o Alligal, Lugo
En el pueblo de Vilalba, en Lugo, se ubica la Charca o Alligal, una poza de agua termales que se encuentra abierta al público y que se sitúa en un paraje natural único rodeado de abedules. En torno a este manantial se creó la primera piscina, que data del año 1930 y fue construida haciendo uso de piedras. No obstante, más tarde fue ampliada y actualmente es una balsa circular con treinta metros de diámetro. Durante todo el año es posible acceder a ella y disfrutar de un baño en sus aguas, que se encuentran a una temperatura media de 23 grados. En sus cercanías hay un aparcamiento y una zona de vestuarios con aseos y un bar, aunque estos solo se encuentran disponibles durante el verano.
Termas de Alhama, Granada
Alhama de Granada es una localidad andaluza con una fascinante historia, ya que combina la herencia cultural de romanos, árabes y cristianos. Uno de sus principales puntos de interés turístico es su piscina de aguas termales, perfectas para disfrutar de la naturaleza y de un baño a 47 grados de temperatura. Se puede acceder a ellas desde el pueblo de Alhama de Granada, lo que supone un paseo de aproximadamente treinta minutos, hasta llegar a la zona rodeada de pinos en la que están las termas. Estas aguas resultan especialmente beneficiosas para tratar la artritis o el reuma, aunque también otros casos relacionados con la salud mental, como el estrés o la ansiedad.
La Fontcalda, Tarragona
En Tarragona se encuentra La Fontcalda, una fuente de aguas termales situada en plena naturaleza, cuyas aguas se mantienen a una temperatura aproximada de 28 grados. Además, están enriquecidas por el sulfato de magnesio, el cloruro sódico y el carbonato cálcico. Un espacio natural ideal para acudir en familia o con amigos, para disfrutar de un día de relajación o tranquilidad. Aunque igualmente se pueden añadir otras actividades extra, como realizar una ruta de senderismo por las inmediaciones, mediante la que observar algunas de sus interesantes formaciones geológicas. Una ventaja es que existe un aparcamiento en el que se puede dejar el coche.
Termas de Bande, Ourense
Otra de las piscinas de aguas termales que se pueden visitar en España está en Ourense, concretamente en el municipio de Bande. Estas termas cuentan con agua que permanece a altas temperaturas durante todo el año, estas pueden ir desde los 36 hasta los 48 grados. Su origen se remonta a la época romana, aunque estas fueran recuperadas en el siglo XIX y, con los años, han ido recibiendo ciertas mejoras para devolverles su antigua gloria. Su acceso es libre, por lo que todo el mundo puede disfrutar de los beneficios de sus aguas, con propiedades mineromedicinales.
Pozas de Arnedillo, La Rioja
En La Rioja también cuentan con sus propias piscinas de aguas termales, se trata de las pozas de Arnedillo, ubicadas al margen del río Cidacos. Unas construcciones de piedra que fueron restauradas hace poco y en las que el agua se encuentra a 35-40 grados, aunque su temperatura al subir a la superficie es de 52 grados. Estas termas son reconocidas por sus propiedades medicinales, ya que son ricas en minerales y clasificadas como "clorurado sódicas, sulfatado cálcicas, bromuradas, con iones de magnesio, hierro, silicio y rubidio", según especifican desde la oficina de Turismo de La Rioja.
